Cuando tomamos la píldora anticonceptiva, sea por el motivo que sea, como anticonceptivo, para controlar el dolor menstrual, por patologías como endometriosis, SOP, etc, lo que estamos haciendo es introducir de manera exógena hormonas parecidas a las que producen nuestros ovarios.

Al introducir estas hormonas sintéticas desde el exterior, los ovarios dejan de producir las hormonas que se generarían en un ciclo menstrual activo, es decir, los estrógenos y, si el ciclo fuera ovulatorio, la progesterona.

El ambiente hormonal que se genera cuando tomamos la píldora anticonceptiva, es percibido por nuestro cerebro como si nos encontrásemos en un estado similar al embarazo. Podríamos decir que, la píldora, simula un embarazo y por eso, los ovarios dejan de producir grandes cantidades de estrógenos.

El evento más importante del ciclo menstrual es la ovulación. Si no ovulamos, no producimos el cuerpo lúteo, la fábrica de progesterona por excelencia. Si no ovulamos, tampoco menstruamos porque la menstruación es la consecuencia de la ovulación.

Parece difícil de comprender pero, no lo es tanto, quédate con estas dos ideas: si no ovulas, no menstrúas pero puede ser que sangres (este sangrado recibiría otro nombre diferente al de “menstruación”.

En el caso de tomar la píldora combinada, el sangrado que se produce recibe el nombre de “sangrado por deprivación”.

La forma habitual de tomar la píldora combinada es la siguiente: 21 + 7.

La tableta se presenta con 21 píldoras con combinado hormonal (3 semanas) y 7 píldoras sin hormonas a lo que se llama, semana placebo. En realidad, estas píldoras las podrías desechar sin tomarlas.

Durante los 21 días que tomas la píldora con hormonas, lo que estás introduciendo en tu organismo es, por un lado, estrógeno, que hará que se engrose levemente la pared del endometrio, el cual es similar al que producirían tus ovarios y, por otro lado, progestágenos, una hormona similar a la progesterona que se encargará de amortiguar los efectos proliferativos de los estrógenos. Digamos que durante 21 días, estás manteniendo unos niveles constantes de estrógenos y progestágenos en el organismo.

Llegamos a los 7 días de descanso. Durante estos días no estás introduciendo hormonas de manera exógena en tu organismo, por lo que los niveles hormonales
descienden. Esta bajada de los niveles hormonales producirá el desprendimiento del endometrio, dando lugar al sangrado por deprivación.

El sangrado por deprivación es totalmente innecesario, al menos no existe ninguna razón médica para mantenerlo si la persona no quiere. Es totalmente suprimible, podría perfectamente ser eliminado si seguimos tomando las pastillas con hormonas y nos saltamos los 7 dias de descanso.

De hecho, ya existen lo que se llama píldora estacional, donde su formato es la toma continuada de la píldora durante 3 meses (que es lo que duran las estaciones del año).

Las mujeres con endometriosis, por ejemplo, también suelen tomar la píldora anticonceptiva de manera continuada para evitar molestias y dolor en la semana de descanso.

El único inconveniente que puede suponer esta práctica es que, si pasan muchos meses sin que el endometrio se descame, podrías presentar sangrados esporádicos sin ningún patrón. Si esto pasara, se soluciona fácilmente, puedes hacer un descanso de 7 días, eliminar el endometrio creado y volver a tomar la píldora de forma continuada.

El sangrado por deprivación puede ser importante para algunas mujeres. Aunque no tiene ninguna finalidad médica, si puede tenerla a nivel emocional. Sangrar de
manera periódica, aunque sepamos que no es una menstruación, puede hacernos sentir que nuestro ciclo está regulado. Para muchas mujeres suprimir el ciclo menstrual puede resultar violento y producir angustia si la toman como método anticonceptivo porque, puede dar la sensación de estar embarazada.

Si nos remontamos al contexto en el que se comercializó la píldora podremos entender algunas cuestiones.

Al parecer, el sangrado por deprivación no es ninguna casualidad. Cuando la píldora fue comercializada, allá por los años 60, se hizo bajo la vigilancia de la
Iglesia Católica. A la iglesia, le parecía una aberración suprimir el ciclo menstrual porque sería ir en contra de la voluntad de Dios.

Uno de los creadores de la píldora, John Rock, un hombre también educado bajo las creencias del catolicismo, pensó que si se simulaba un sangrado, podría
venderse como una menstruación real y por tanto, el método sería aceptado por la iglesia y por muchas más mujeres que no verían natural dejar de sangrar.

En realidad, la píldora anticonceptiva, fue un invento revolucionario y liberador para muchas mujeres, solo que nuestro contexto social ha cambiado (por suerte) y
ahora, ya es imposible verlo de la misma manera.

Como curiosidad, os contaré que el nombre de “sangrado por deprivación” viene del inglés “Deprivation”, en realidad, es una traducción literal.

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¡Nos vemos en el próximo artículo!

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