El ciclo menstrual es un proceso fisiológico natural que impacta en prácticamente todas las funciones del organismo, incluido el metabolismo y los niveles de glucosa en sangre. Las fluctuaciones hormonales, principalmente de las hormonas sexuales, los estrógenos y la progesterona, tienen efectos metabólicos y generan cambios que varían entre las diferentes fases del ciclo.
El auge de los medidores de glucosa y la demonización de los carbohidratos
En los últimos años, hemos observado un auge en el uso de dispositivos para medir la glucosa, incluso entre personas sin problemas como la diabetes, con la finalidad de buscar optimizar su salud o rendimiento.
Los carbohidratos se han convertido en los grandes villanos de muchas personas y los han eliminado de su dieta sin causa justificada. Cuando hablamos de cambios en los niveles de glucosa relacionados con el ciclo menstrual, es fundamental abordar el tema con información clara, libre de mitos y siendo conscientes de que se trata de un tema complejo y todavía en investigación.
Estrógenos y progesterona: dos hormonas clave
A lo largo del ciclo menstrual, los niveles de dos hormonas principales, los estrógenos y la progesterona, fluctúan. Estas hormonas no solo regulan la ovulación y la preparación del útero para un posible embarazo, sino que también tienen un efecto sobre la sensibilidad a la insulina, la hormona que ayuda a las células a introducir la glucosa en su interior.
- Fase folicular (desde la menstruación hasta la ovulación): Durante la fase folicular, los estrógenos predominan y aumentan la sensibilidad a la insulina, lo que facilita la entrada de glucosa a las células y contribuye a que los niveles de glucosa en sangre sean más estables. Esta capacidad del estrógeno de potenciar la acción de la insulina produce una regulación glucémica más eficiente en esta fase.
- Fase lútea (desde la ovulación hasta la menstruación): Tras la ovulación, durante la fase lútea o fase premenstrual, la progesterona se convierte en la hormona dominante. La progesterona, al revés que el estrógeno, reduce la sensibilidad a la insulina, lo que puede dificultar que la glucosa entre de manera eficiente en las células y esto pueda provocar un leve aumento de los niveles de glucosa en sangre.
Otros factores que influyen en la fase premenstrual
Más allá de las hormonas, otros factores en la fase premenstrual pueden contribuir a las fluctuaciones en los niveles de glucosa:
- Aumento de la sensación de hambre: Muchas mujeres experimentan un aumento del hambre y antojos en esta etapa, con una preferencia por alimentos ricos en carbohidratos y azúcares. Este tipo de alimentos, pueden elevar los niveles de glucosa.
- Cambios emocionales: El estado de ánimo puede influir en los patrones alimenticios, llevando al consumo de comidas reconfortantes que suelen ser más calóricas y ricas en azúcares.
- Velocidad del vaciamiento gástrico: Durante esta fase, se producen cambios en la velocidad a la que el estómago se vacía, lo que también puede afectar cómo se metabolizan los carbohidratos.
Más allá de las hormonas
Es importante destacar que los cambios en los niveles de glucosa no solo dependen de las hormonas sexuales (estrógenos y progesterona). Factores como el estrés, el sueño, la composición corporal, la toma de medicamentos o el patrón de actividad física pueden influir en el metabolismo durante las diferentes fases del ciclo.
Estos mecanismos reguladores son muy complejos y la necesidad de considerar múltiples variables al evaluar el impacto del ciclo menstrual en la salud metabólica será fundamental.
Implicaciones para mujeres sanas y con diabetes
Si eres una mujer sana, sin problemas de regulación de la glucosa, es importante que entiendas que estos cambios son completamente normales. La resistencia a la insulina que puede aparecer en la fase lútea no es patológica, por lo que no hay razón para alarmarse ni para realizar ajustes extremos en la dieta, como eliminar los carbohidratos o buscar controlar la glucosa de manera obsesiva.
Sin embargo, en mujeres con diabetes que dependen de insulina, estas fluctuaciones hormonales si pueden tener un impacto significativo en el manejo y control de su glucosa. En la fase lútea, podría ser necesario ajustar las dosis de insulina para compensar la disminución en la sensibilidad y evitar hiperglucemias o hipoglucemias.
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